Gracias al packaging personalizado, podrás hacer que tus productos sean reconocibles al instante y que, además, estén alienados 100% con tu imagen de marca.

Es de vital importancia utilizar un embalaje que proteja adecuadamente, facilite el transporte y que contribuya a su correcta conservación.

• La forma y el tamaño del producto principal.
• El material del propio envase principal.
• El formato del producto a comercializar: familiar, individual…
• Estacionalidad del producto, campañas especiales, ediciones limitadas, promociones…
• El mercado en el que se distribuirá: supermercados, grandes superficies… O de forma más selecta: tiendas especializada o comercios gourmets.
• Publico al que te diriges con tu producto.